Nombre común que reciben ciertas especies de roedores que habitan en la cordillera de los Andes, en Sudamérica, a altitudes comprendidas entre los 3.000 y 5.000 metros.
Estos mamíferos recuerdan en su aspecto a las ardillas; tienen las orejas bastante largas, los ojos grandes, las patas cortas, los bigotes largos y la cola peluda. Miden entre 23 y 28 cm de longitud, sin contar con la cola, cuya longitud oscila entre 7 y 15 cm de largo. Viven en colonias y suelen buscar guarida en orificios entre rocas y peñascos. Al igual que sus parientes las vizcachas, se alimentan de la vegetación dura que existe en su hábitat. Es habitual verlas sujetar con las patas delanteras las raíces y las hierbas que comen. Las patas traseras, son proporcionalmente más largas y capacitan al animal para brincar ágilmente. Las hembras alumbran un promedio de dos a tres crías por camada y pueden reproducirse dos veces en un mismo año. Las crías son precoces: corren a las pocas horas de su nacimiento y comen alimentos sólidos a los pocos días.
Están recubiertas por un pelaje suave y denso; es gris plateado en la espalda y blancuzco en el vientre. Su piel es muy valorada y, en consecuencia, se ha cazado hasta casi llegar a exterminarla. Durante la década de 1920, se adoptaron leyes para su protección y desde entonces se han establecido granjas para su cría.
sábado, 4 de julio de 2009
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